jueves, 2 de diciembre de 2010

Se lastima el Corazón o el Cerebro…

Muchas veces pedimos auxilio desde la profundidad de nuestro ser, esperando ser escuchados y atendidos…
Muchas veces…gritamos en silencio…lo que nuestra garganta no se atreve a gritar.
Muchas veces…decimos para nuestros adentros…lo que nuestros labios no se atreven a pronunciar.
Muchas veces…las lágrimas que derramamos intentan lavar el dolor que guarda nuestro corazón o cerebro herido.

Por: Mirna Castillo



Muchas cosas pueden “lastimar” nuestro ser…muchas cosas harán que sintamos que la vida “no vale nada” Pero… ¿De qué hablan nuestros sentimientos? ¿Acaso, nuestra felicidad se basa en otros seres? Primero que nada debemos reconocer que somos responsables, tanto de nuestros sufrimientos como de nuestra propia felicidad. Poseemos un sentido que nos permite oír, que es el oído; pero más allá de él se encuentra el saber escuchar a los demás y a nosotros mismos.

Quien desarrolla el gran don de ESCUCHAR, desarrolla uno de los más grandes sentidos y un gran valor humano. El saber escuchar a los demás es muy importante, ya que nos permite abrir muchas puertas que a veces nos parecen condenadas, hasta para nosotros mismos que “sabemos escuchar” y no sólo oír a los demás; pero, si aprendemos a canalizar, este escuchar; nos servirá de mucha ayuda y guía para encontrar el camino correcto hacia la solución de situaciones a las cuales no le vemos la salida; a la vez que aprendemos a escuchar a nuestro ser interno.

…Muchas personas dicen “Mi corazón está lastimado”, pero ¿por qué motivo afirmamos esto? Pues sencillamente; porque no hemos aprendido a valorarnos como personas y por lo tanto, permitimos que otros nos lastimen profundamente. Es comprensible que cuando nos enamoramos; prácticamente entregamos todos nuestros sentimientos y emociones más profundos y se los dedicamos irreverentemente a ese ser que consideramos, “nuestro más grande y sublime amor”; pero, eso tiene su precio y lo pagamos muy caro; al no reconocer nuestro propio valor humano.

…Muchas veces, nos suceden cosas que sentimos que nos hieren y lastiman; pero realmente no es lo que nos sucede, lo que nos hiere o lastima…es nuestra forma de responder ante eso que nos sucede. Ciertamente, existen cosas que, verdaderamente pueden causarnos daño; pero sólo externamente, como es el aspecto económico, entre otros; pero ese presunto daño, nada tiene que ver con nuestro carácter ni con nuestra identidad y mucho menos con lo que somos como seres humanos.

El amor que le profesemos a una persona, en el caso de un enamoramiento que no funciona; no debe ser causa de que sintamos que nuestro corazón ha sido tocado y, “se ha roto”, esto dejémoslo a los poetas, que son quienes dicen que se rompe o aviva el corazón; es nuestra capacidad cerebral la que comanda todo cuanto queramos sentir y decir. Si decidimos seguir la onda poética; entonces, digámosle a nuestro corazón que, esa…ha sido una de las tantas e importantes lecciones de vida, de las cuales debemos aprender. Recordemos esto, los sentimientos o como los queramos llamar, son libres y no debemos pretender que otra persona nos ame, simplemente, porque así nosotros lo deseamos; para nada somos dueños de nadie. Por lo tanto, no podemos pretender ni mantener a nuestro lado a quien decidió que no nos quiere al suyo.

En los sentimientos sólo manda nuestro pensamiento y ese…es muy difícil de controlar y destruir. Si amas a alguien y al la vez le odias, lo mejor es intentar apagar ese sentimiento que nos tortura amando y odiando a quien no podemos o queremos comprender.

Muchas veces, nos hacemos esclavos de aquello que nos hace daño y eso nos impide crecer como seres humanos, conduciéndonos a un mundo de laberintos oscuros, puertas cerradas sin ningún fin…

El derecho a ser libres también es un deber, que necesariamente debemos comprender y asimilar, para dejar de ser esclavos y esclavistas. De nosotros depende sufrir o ser felices. La vida continúa y las cosas podemos hacerlas fáciles o difíciles para nosotros y para los demás, de acuerdo con nuestra propia elección. Todo depende de nuestra madurez y del cristal con que veamos lo presente.

No le demos más importancia a lo que se aleja de nuestro lado; pues allí, se nos está ofreciendo una nueva oportunidad para crecer interna y externamente…

Mirna Castillo
30/10/2010